La cinta de 1995 dirigida por Mamoru Oshii
Ghost in the Shell, si bien tomándose muchas libertades, basado en el manga de
Masamune Shiro es quizás una de las más emblemáticas no solo del anime sino del
género cyberpunk inspirando a un buen grupo de cineastas como las hoy hermanas
Wachowsky, por muchos elementos como su puesta en escena y complejidad de la
historia por años estuvo voceada para ser adaptada en los Estados Unidos, se
dijo que James Cameron quiso adaptar este filme, muchos años han pasado y esta
semana se estrenó por fin la esperada adaptación americana dirigida por Rupert
Sanders e interpretada por Scarlett Johanson.
Situado en un "futuro cercano", esta cinta nos
muestra un mundo en el cual la línea entre los humanos y las máquinas es cada
vez menos existente, una mujer (Mira, posteriormente la Mayor) cuyo cerebro es
insertado en un cuerpo cibernético de última generación de la compañía Hanka se
convertirá en la más poderosa arma contra el terrorismo al servicio de la
Sección 9 topándose en el interín con un peligroso personaje (Kuze) quien está tras varios directivos de la compañía que creó el cuerpo de la Mayor y que desarrolla un interés por esta, lo que generará una persecución al estilo clásico.
La secuencia inicial del filme, que al igual
que muchas escenas de la película original de 1995 resulta impresionante, nos
muestra un esqueleto cibernético al cual le van agregando capas que cubrirán su
cuerpo y al que posteriormente le agregarán el cerebro de Mira, única parte
humana, de ahí en más si bien visualmente la cinta no desentona, la puesta en
escena de la ciudad distópica en la cual se mueven los personajes es
simplemente impresionante pero se ve demasiado distante como para ubicarse en el
“futuro cercano” que nos quiere vender la cinta, mientras el manga original se
ubica en lo que es descrito como “un extraño Estado - conglomerado corporativo
llamado Japón”, la cinta del 2017 nos ubica en ningún sitio en particular, poca
o nada de información nos es dada, tan solo le ponen al espectador en frente
una enorme megalópolis rellenada con torres grises.
Cualquiera que haya visto el clásico Blade
Runner o cintas que nos presentan ciudades gargantuescas como Strange Days
(poco conocida y poco valorada cinta cyberpunk) o El quinto elemento ya
mostraban elementos como hologramas gigantescos que formaban parte del paisaje
urbano, en ese aspecto la cinta no aporta nada nuevo, simplemente recurre a un
elemento clásico del cyberpunk con efectos modernos, es en este escenario donde
vemos en acción por primera vez a la Mayor, con su rostro pálido y los puertos
de entrada en la parte de atrás del cuello que utiliza, al igual que la mayoría
de cyborgs y humanos aumentados para ingresar a la red o al interior de otros
cyborgs por medio del Ghost o espíritu, estos puertos crean un sentido de
vulnerabilidad humana y post humanidad.
La exploración o búsqueda de la humanidad por parte de la Mayor es uno de lo puntos favorables de la cinta.
Ghost in the Shell, para mal o para bien,
viene con el peso no solo de un manga muy querido entre fans y no tan fans del
cyberpunk y la ciencia ficción, sino de una película icónica (Elegida una de
las mejores cintas de anime de todos los tiempos) y sus muchas reencarnaciones
como una serie de televisión, una secuela cinematográfica, una serie de ovas y
una cinta precuela de la original cinta del año 95 (Seguro se me escapa algo),
vasta información a disposición de Rupert Sanders, Director de comerciales y de
Blanca Nieves y el Cazador quien nos entrega una cinta que deja de lado mucho del
contenido filosófico del material original que es básico para la historia al
igual que los tejes y manejes políticos, en donde Aramaki, el viejo zorro
Director de la Sección 9 se mueve como pez en el agua y que forma un exquisito
escenario alterno al de las atestadas calles de la Tokio futurista en las que
opera la Mayor, Batou y compañía, de todo esto el Director sólo nos dejó ver su gusto por los escenarios oscuros y si bien se nota un buen manejo
de los actores se nota a su vez que la cinta es más un encargo que un proyecto
personal del Director que entrega más que ciencia ficción o cyberpunk una pela de
súper policías con un trasfondo de ciencia ficción en el cual, para atrapar por
feeling a los fans de la cinta o el manga original recrearon casi al milímetro
varias escenas de la cinta del 95, pero estas a su vez son colocadas en la
película sin mucho criterio entregándonos un racimo de escenas recreadas que no
van muy bien de la mano con el tono oscuro de la cinta policial que nos entrega
Sanders, esta versión aborda de una manera muy somera pero acertada la interrogante que tiene
la protagonista sobre su humanidad, si bien esto se representa a manera de flashbacks que son interpretados como fallos en la memoria
de la mayor y si bien ya al final de la cinta se da un giro interesante a los
hechos que dotan de una gran humanidad al personaje de Johansson, al
espectador, sobretodo al que conoce del material base de Ghost in the Shell le
queda la sensación de que se sacrificó mucho material que pudo haberse adaptado
de buena manera para centrarse en persecuciones automovilísticas y disparos,
esto sumado a los clichés del buddy cop film a lo que al final de cuentas es lo
que parece apuntar esta cinta, lo que queda a final de cuentas es una entretenida
cinta de acción, con eso sí, correctas actuaciones de las cuales destacan,
además de Scarlett, el danés Pilou Asbæk quien nos entrega una de las
encarnaciones más humanas de Batou, y es que otro acierto de la
cinta es que muestra como es que el compañero de la Mayor obtiene
sus icónicos implantes ópticos, esto sumado a un sentido del humor y simpatía
de la cual carecía el personaje de la versión del 95 por lo que estamos ante un
Batou más tirado para el manga de Shiro o la posterior serie de televisión
(Stand Alone Complex). Otra actuación destacable es la del Actor y Director
japonés Takeshi Kitano quien interpreta a Aramaki, Jefe de la sección 9, y si
bien su actuación es soberbia, aquí hay que acotar que el Aramaki que nos es
mostrado en esta edulcorada Ghost in the Shell es producto del ahorro de guion
que se hizo al descartar todo el trasfondo político que tenía la original cinta
el 95 y el manga, y es que el popular “Ape face” es un literalmente viejo zorro
que conoce al detalle todos los tejes y manejes de la administración pública y
las movidas políticas de la Japón futurista en la que se escenifica Ghost in
the Shell, en donde las naciones que se encuentran técnicamente en inferioridad
desean a como de lugar sacar a programadores japoneses para ponerse a la par
con el país del sol naciente y a su vez pobladores de esas naciones atrasadas
intentan ingresar a como por todos los medios posibles como ilegales a la
nación oriental, al erradicarse casi en su totalidad todo ese material nos
queda un Aramaki que es más una versión oriental del Teniente Castillo de Miami
Vice que el viejo calculador Jefe de la Sección 9, un veterano que en vez de
manejarse en el terreno administrativo y político se maneja en las calles con
el uso de armas de fuego, mención honrosa para el Kuze de Michael Pitt, antagonista de la cinta que logra convertirse tras un giro argumental en parte importante para entender los verdaderos orígenes de la Mayor
.
El Batou de Pilou Asbæk es sin duda uno de los grandes aciertos de esta cinta.
El Aramaki de Takeshi Kitano, soberbiamente actuado pero fuera de su elemento al no haber trasfondo político en la cinta.
Otro apartado interesante es el de la banda sonora, es obvio que muchos esperaban algo similar al trabajo que entregó Kenji Kawaii, pero el score que nos entrega Clint Mansell, por momentos futurista, por momentos sugestivo cumple en ayudar a crear por muchos tramos el ambiente de la cinta.
Los efectos especiales, si bien impresionantes en el inicio, ya para el desenlace de la cinta hay una escena clave en la cual se nota por todo lo alto que el presupuesto en efectos se les acabó quedando flojo en ese aspecto.
La cinta fue altamente criticada por la
decisión de contar con Johanson para el rol principal, pudiendo a decir de
muchos contar con una actriz de origen asiático para el rol, en lo personal
considero que ese es un detalle que no afecta a la cinta ya que esta logra dar
a entender al espectador un detalle clave, que si bien el exterior del
personaje es el de una mujer caucásica, el ghost, el espíritu, es el de una
mujer asiática, y ese es uno de los giros argumentales casi al final de la
cinta que estuvo correctamente trabajado, y es que, como ya se ha mencionado en
este artículo, uno de los puntos más a favor de esta versión de Ghost in the
Shell son las actuaciones, correctas en todo aspecto, lo que contrasta con la narrativa
que nos ofrece Sanders, es verdad que que a decir de muchos estamos ante un "peliculón", y es verdad en parte, a final de cuentas y tras un par de pobres antecedentes como son Dragon Ball Evolution y Meteoro, definitivamente estamos por fin ante una buena adaptación americana de un clásico del anime pero muy a pesar de ello es imposible para quienes conocen el material original de GITS no pasar por alto el detalle de que esta cinta a pesar de sus aciertos dejó la sensación de que pudo entregar más, es verdad, sería una insensatez pretender esperar que los americano trasladaran todo el contenido filosófico de la cinta porque simplemente sería indigerible para la audiencia palomitera además que sería absurdo esperar una copia papel carbón de la cinta, a pesar que esta copia con papel carbón sólo escenas, estamos en pocas palabras ante una acertada cinta y nada más.
La elección de Scarlett Johanson para el rol principal levantó mucha polémica por quienes pensaban que se estaba blanqueando la cinta; sin embargo quienes logran entender el trasfondo de la historia entenderán que Scarjoe es tan solo un armazón que contiene al espíritu, detalle clave en la cinta del 2017.
en conclusión, estamos definitivamente ante una
visualmente muy cuidada cinta de acción, que tiene todos los elementos para
convertirse en un clásico del cyberpunk, pero que precisamente al desechar
muchos items claves de la historia la cual se basa solamente se queda en eso,
una cinta de acción con elementos de ciencia ficción pero que se queda a medio
camino para poder alcanzar el estatus de clásico de la ciencia ficción.